La beaute sera convulsive ou ne sera pas


Una feroz dentellada contra los arneses de la imposición de sentidos. Un corte de mangas, sonoro, a la cesión de unos ojos que no serían los míos para mirar ese objeto. El deseo irrefrenable de danzar, porque aunque no sepamos cómo, el movimientos nos permite volver a ser al olvidarnos de todo.

Y ahí, decir, repetir, que lo que habrá de ocurrir lo hará en el imposible equilibrio del nombre, en el lugar que siempre desaparece cuando aún no se ha posado nada.

Tú, no tú, el otro Tú, podrás ayudar a deshacerse todas las canónicamente numerosas piezas que recubren mi forzado cuerpo desmenuzándolo en necesarios filtros individualmente manejables. Y desnudo, estrábico, cojo o torpe, quizás pueda alejarme castigando una cantinela que sólo podrá decir bien un extranjero...

Hasta que el cuerpo aguante, hasta que el cuerpo aguante...



No hay comentarios:

Publicar un comentario