Hola soy Nacho. No, si eso ya lo sé...

El mundo sonando a foto triste y tú bailando. Desde la distancia nada me parece mejor ni peor. Acababa de decidir que no te dejaría intentar hacerme feliz, porque lo que media entre mí y mi soledad es un trecho que tú no puedes abarcar.

Sin pensar siquiera en despedirme , desaparezco. Noviaré por el resto del tiempo con el Fin. Ya no. Ya ni siquiera intento comprender porqué la gente insiste en rebuscar entre despojos de personas que se han herido y ensuciado, supuestamente amándose. No, mientras algo de mí se resiste a abandonarme, todo irá bien.

Me justifico a través del supuesto sinsentido de lo que me rodea. Me hago trampas haciendo desaparecer lo que supuestamente ya había desaparecido. Pero yo, confieso que he quemado muchos puentes, que aún todo el mal está por hacerse. Confesaré cualquier cosa, a sabiendas de que aún puedo hacer algo mucho peor.




Con todos mis respetos, señor Vegas...

Multiplicidad, formas de silencio y vacío



Sigue el mundo

su giro: una esfera imperfecta

que rueda hasta su fin o para siempre

sin saberlo ni soñarlo ni ignorarlo:

el tamaño del mundo

a la escala del mundo

no del hombre. Y eso es todo.

Juan Carlos Gea. El temblor.



¿Y si la escala del hombre es la belleza?

¿Y si el placer a través de la belleza es nuestro más perfecto sin porqué?







Je ne vois pas venir le Kursk



El porvenir llega desde el pasado. El futuro acontecimiento que siempre puede advenir será algo dejado atrás. Los fulgores que nos deshacen -acotémoslo por el momento a fenómenos estéticos de todo tipo: una foto, un rostro, una frase... - son flechazos desde cualquier punto del pasado y que, siempre certeros, nos alcanzan por la espalda. Jamás los veremos venir, ni siquiera los intuiremos, aunque el proyectil pueda incluso llegar desde un tiempo que nosotros jamás hayamos vivido, pero, indefectiblemente, al perforarnos en nuestro lento y breve paseo hasta la muerte nos provoca un tambaleo, un avanzar de golpe, un desmoronamiento del mundo tal como hasta ese momento lo habíamos conocido. Aquel que ha sido “herido” no lo olvida.


El acontecimiento del porvenir es un ne plus voir venir -forzadamente traducible por “nunca ver venir”-. El porvenir acecha, es caprichoso, jamás avisa. Y , cobarde, dispara por la espalda.





Años llevaba buscando esta canción en vivo. Tuve la suerte de asistir hace años a un concierto suyo en Gijón y aún no sé si fue música, necromancia o tan sólo un ejemplo de trágica belleza. Desde entonces la historia del Kursk y sus cadáveres es parte de mi imaginario y constantemente salen a flote.


It's cold I'm afraid

It's been like this for a day

The water is rising & slowly we're dying

We won't see light again

We won't see our wives again



Es malo lo que hace que las partes del cuerpo humano tengan entre ellas una relación de movimiento y de reposo distinta



Mundo entremezclado, desnaturalizado, evanescente y en acelerada mutación. Apuesto un maravedí a que de aquí a unas pocas decenas de años -si no antes- se acabarán reconociendo derechos a las máquinas. Y no, no me estoy yendo a ensoñaciones asimovianas robóticas, sino más pedestres. Me explico. Vean este video:




Hay dos opciones: risa o un sentimiento de pena extrañamente empático. Puede recordarnos a un ataque epiléptico provocado cruelmente, a una atrocidad sin sentido en la que sentimos que en las convulsiones de la lavadora resuena algo humano. Me he sorprendido pensando esto y lo achaqué a la privación de sueño que hoy arrastro, pero siempre hay un guiño a la espera de sorprendernos. Si entran en la página de youtube del video, se encontrarán que este está marcado como material “ofensivo”, haciendo que sea necesario pasar un filtro de edad para visualizarlo. Esto en youtube ocurre sólo en dos casos: Si se muestra algo que insinúe mínimamente un pecho o en casos de violencia manifiesta. Una pista: yo no veo ninguna chica.