Carta de un desconocido


Y aquí estás tú. Un sábado que podría ser cualquier otro intentando hacer lo que ahora crees querer. Sacar de algún modo lo que tiempo y vida han ido adheriendo a un nombre. Un nombre que, plomizo y obsesivo, ha ido contagiando historias, días y ellas.

¿Y qué es esto? Poco menos que todo. Un texto que falla, como todos fallamos, diciendo cúanto, cómo, dónde y todo lo que en mí lleva siendo mucho tiempo el Señor Ignacio González Vegas.

Vale, que empieza siendo de Gijón, que continúa siendo maldito -y todos saben cuánto gustan los malditos a los amagos de malditos-, pero es que termina siendo un jodido interlocutor de mi vida. Porque sí, os lo digo ahora, ese ente que respira, paga y responde bajo el nombre anteriormente citado, compone para mí, en mí. Tantas canciones llevan tanto tiempo siendo yo, que no está lejano el día en el que vuelva a saludarle y me susurre las cuatro palabras que nombran mis miedos.

Podría decir Seronda y sería el mismo viaje, el mismo volver a un Gijón cada vez más roto y vacío, pero siempre con una noche más por delante.

Si digo Ángel Simón hay infinitas manipulaciones de frases hechas con "... poca, pero que dure". Hay la funeraria que siempre he sabido que es sin que nadie me lo haya dicho.

También Michi Panero era antes de la canción. Y era muchas veces y muchas noches, pero es que esta canción la cantó mucho un yo que era con una ella en un lugar en el que llovía más que en Norteña. Y juraría que los recuerdo tan felices como la felicidad.

Y hay una piedra oscura del alma, que se llama Ocho y Medio y que comenzó siendo en el lugar más lejano a su palabra: en un verano, en un día de sol con veinte personas que hablaban sin parar. Pero que sigue siendo un constante lugar del que aún trato de encontrar una salida.

Y podría seguir y mancharlo un poco diciendo lo irregular que fue tu Manifiesto y lo coñazo que eres a veces en esta Zona sucia, pero a los amigos se les aguanta todo. Y tú, tú no fallas. En tus treinta y siete canciones que adoro, siempre me encuentro yo, siempre estoy escuchado. El mundo cambia, las ellas, los lugares, las noches. Pero tú sabes todas mis historias. Al fin y al cabo, las continúas contando cada disco.


FIN DE LA PRIMERA PARTE

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